viernes, 31 de enero de 2014

6.- I'm Down

-Es increíble que a estas alturas sigan especulando de lo que dije hace meses...- Decía John, leyendo el periódico y mascando chicle, mientras George tocaba algunas lineas de bajo y Richard bebía una taza de café.
Se abrió la puerta del estudio...
-¡Vaya!- se expresó Ringo- Estaba apunto de irme
-Qué gracioso, Richard- dijo George Martin, entrando con Mal Evans y Paul al estudio.
-¿Para qué querías que viniéramos?- preguntó Paul
-Ya les había comentado sobre la canción que escribí en España... Le hice algunos cambios, pero ya la tengo. Quería que la escucharan porque la quiero grabar...
Todos se acercaron a John y éste comenzó a tocar y a cantar Strawberry Fields Forever.
Quedaron simplemente impactados y encantados con aquella canción.
Cuando terminó de cantarla, no hicieron más que quedarse en silencio.
-Es...- Paul balbuceó algunas palabras- Es genial, hermano.
-Ya no recordaba ese lugar- rió Ringo.
Todos comenzaron a adular aquella pieza.
Pero Paul, después de su típica noche de borrachera y con dolor de cabeza, no quería hacer caso de un sentimiento muy en el fondo de él, algo parecido a la envidia.  No. No podía ser eso.
Sentía que tenía que escribir una canción mejor que esa. ¡La había escrito sin él! Una canción así había sido escrita sin ayuda de Paul.
¿Qué mierda estaba pensando?
Volvió a poner atención a las palabras de todos los demás.
-Entonces vuelvan mañana que Brian esté de regreso- decía George Martin.
-¿Ya nos podemos ir?- preguntó Paul.
Nadie respondió, solamente se fueron yendo.
Paul acompañó a Ringo a su casa, en Surrey, cerca de la de John.
En el camino iban platicando.
-Es una buena canción- decía Paul- me recuerda a los años de Liverpool.
-Supongo que ese es el punto.
-Me dio la idea de escribir una así a mí también.
-Sería encantador.
-¡Vamos Ringo! No me ignores.
-No estoy ignorándote, pero parece que estás molesto.
-¿En qué sentido?
-En el sentido de que John escribió una hermosa canción sin ti.
Paul miraba por la ventana, mordiendo su dedo índice mientras Richard manejaba.
-No estoy molesto, ha escrito canciones ya sin mí.
-Pero no una tan buena como ésta.
-No estoy molesto.
Repitió Paul, más que para Ringo, lo repitió para sí mismo.
Llegaron a casa y no podía evitar olerse el aroma a pan y café.
Al abrir la puerta, vieron a Matt sentado en la sala viendo un programa infantil mientras mordía un pedazo de Pan.
-Ritch...- Eleanor salía de la cocina con una bandeja en las manos.
-Hola, guapa...- Ringo se acercó a besarla, en forma de saludo.
-No sabía que vivías aquí, Eleanor- dijo Paul, un tanto sorprendido.
-Es que no nos hemos visto desde hace semanas- Y después de dejar la bandeja en la mesa, se dispuso a abrazarlo.
-¿Cómo están las niñas?- preguntó.
-Excelentes- dijo tomando un pan con mantequilla
-Rachel me contó que es al fin su niñera.
Paul asintió.
-Haz ganado- dijo y rió
-Es una buena muchacha.
-Es muy agradable- agregó Paul.
-¿Quieres desayunar?- preguntó Eleanor.
Negó con la cabeza.
-Aún te vez demasiado, mal. Has enflacado. Deberías de comer más.
-Estoy bien, en serio. Mejor...- se acercó a la cantina de Ringo y tomó una botella y un vaso. Sirvió un poco y bebió- ¡Ah! Esto está mejor.
-Paul, deja de beber- dijo Ringo.
-Y afeitate- agregó Eleanor.
-Bueno, basta ya, déjenme...- Con el vaso lleno de licor, se dirigió a la sala y se sentó a un lado de Matt- Hey, amiguito- lo saludó- ¿Qué estás viendo?
-No lo sé- dijo, era demasiado tímido, incluso más que Mary.
Paul comenzó a jugar con él y Matt se divertía después de un rato.
Pero llegó la tarde muy pronto, eran las 7 de la tarde. Paul miró su reloj.
-Creo que me tengo que ir- le dijo a Ringo- Gracias por aceptarme en tu casa un rato.
-No hay problema...
Tomó la botella y el vaso y se dirigía a la puerta
-¡Qué haces?- gritó Eleanor- Si la policía te agarra así te detendrán. O te pondrás ebrio y volverás a chocar.
-¿Y qué importa?- Abrió la puerta.
-¡Espera, Paul!- Eleanor corrió hacia él y le dio un fuerte abrazo de despedida, cosa que extrañó a Paul.

Era demasiado temprano como para ir a su casa, no quería realmente llegar, así que se detuvo en el prostíbulo donde antes trabajaba Aime y comenzó a beber no importándole lo temprano que era.
No había demasiada gente, pocos empresarios sentados en mesas y había una mujer muy joven cantando en una esquina.
Comenzó a beber aún más.
La noche comenzó a adentrarse. Bebía con lentitud. No se quería poner ebrio tan temprano. El ambiente comenzó a surgir en aquel cavaret.
Comenzó a marearse cuando una chica se le acercó y empezó a coquetearle.
-Hola, guapo... ¿Se te ofrece algo?
Paul se tomó la cabeza
-Otra botella, por favor- pidió. La chica retiró la ya botella vacía y en unos minutos estuvo de regreso con otra nueva.
-¿Puedo sentarme?- le preguntó y Paul asintió- Te he visto más frecuentemente por aquí ¿por qué vienes?
-Porque mi esposa murió.
-¡Alice Cook!- gritó la chica- ¿La actriz francesa?
Paul rió al escuchar que la chica pensaba que Alice era francesa.
-Sí, ella.
-Lo leí en los periódicos pero enterarme de un Beatle es más impactante.
-Fue hace ya meses. Aún no puedo superarlo- eructó.
-Una buena noche te ayudará a relajarte...- La chica se le insinuó.
-No...- la alejaba- sólo... déjame...- Y al mirar sus senos tan cerca de su cara unas ganas tremendas de vomitar vinieron hacia él.
El estruendoso sonido de la comida viajando por el cuerpo hacia la boca hizo que la chica alcanzara a alejarse y dejar el paso libre a Paul.
-Oh no...- dijo la chica, con asco.
Paul cayó en la mesa, inconsciente.
Todos ahí lo miraban. Un fotógrafo de ahí le tomó una foto demasiado humillante.
La puta se alejó y prácticamente Paul se quedó ahí sólo por media hora.
Por suerte, una mujer que había tratado antes ya con él se le acercó e intento hacerlo reaccionar.
-Eh...- se despertó con esfuerzos.
-Oye...
-¿Qué pasa?
-Tienes que limpiar tu porquería del suelo...- Se incorporó.
-Llama a mi casa...- pedía Paul
-¿Estás bien?
-Llama a ... Mi casa...- Le dio un número y la mujer desde el teléfono de la cocina marcó.

Media hora más tarde, Rachel se encontraba ahí, había batallado en encontrar el cabaret, pues estaba en una zona muy exclusiva de la ciudad.
Entró y miradas de hombres lujuriosos la fusilaron, le dio demasiada lástima ver a Paul en ese estado.
-Paul...- se acercó a él- ¿Qué te pasó?
-Me embriagué- se rió a carcajadas.
Rachel revoleó los ojos, lo ayudó a levantarse y en casi cae en el intento, pero, finalmente y victoriosos salieron de ese lugar.
En el carro estaban ambas niñas
-¡Papi!- gritó Law
-Hey...- apenas pudo saludarla.
-¿Qué tiene?- le preguntó a Rachel.
-Se enfermó.
-¿¡Qué!?- casi brinca al asiento de adelante- ¿Estás bien? ¿Qué te pasó?
-Estoy bien, Law...
-¿Por qué hueles a vómito?
-Law, siéntate bien.

Al llegar a la casa, Rachel puso a las niñas a dormir y le sugirió a Paul que tomara un baño.
Se iba a ver demasiado atrevido, pero no le importó.
Mientras éste estaba en la tina, Rachel se dio la libertad de escoger su ropa.
Saco unos pantalones de franela color azul, unos calzoncillos y una camisa blanca, la olió, "oh, dios"... olía su camisa y se jactaba de aquel aroma embriagante a Paul. Cerró los ojos, parecía que quisiera hundir su cara en la camisa.
Pero escuchó ruido en el baño y supuso que estaba por salir. Así que dejó la ropa en la cama y estaba dispuesta a salir pero... La puerta estaba entreabierta. "No, Rachel. No." pensó... Pero aquel hombre le encantaba... Estaba apunto de salir del cuarto... Pero... Regresó. Lentamente se acercó a la puerta del baño y vio nada menos y nada más que a Paul sentado en la tina. Con la cabeza con espuma y el cuerpo mojado.
Lo vio pensativo, no hacía nada, simplemente miraba a la pared.
En la mente de la chica, se dirigía hacia adentro y le tallaba la espalda. Suspiró, no quería hacer ruido pero falló en ese punto. Su suspiro hizo que Paul volteara hacia donde provenía, es decir, hacia la puerta.
La miro espiándolo.
Rápidamente las mejillas de Rachel se tornaron rojas, comenzó a temblar. ¿Qué debía hacer?
Fue un impulso lo que la hizo alejarse de ahí y cerrar la puerta, delatándose aún más.