"¿Cuál maldita solicitud?", se preguntaba Paul, regresando a su lugar de descanso.
Subió, algunos días se entretenía varias horas guardando las cosas de su esposa en cajas y se entretenía horas y horas buscando entre su ropa o leyendo sus cosas, a veces se ponía a llorar y otras a reír de cada cosa que recordaba a su lado.
Sonó el teléfono.
-¡Paul!- le gritaron desde el otro lado de la bocina- ¡James Paul McCartney!
-¿Sí?
-¡Te atreviste a rechazar a la nueva niñera!
-¿Quién habla?
-¿Cómo que quién? ¡Soy Eleanor!
Paul suspiró con fastidio
-¡Ya te dije que no quiero ninguna maldita niñera! Me estoy hartando de ésto y ahora si me disculpas, tengo que colgar
-¿Por qué? ¡Adivino! Estás torturándote con las fotos de mi hermana.
-No. Iré a la cárcel a hablar con ese hombre ya que no me quieres decir nada tú...
-¡No! ¡Pa...- Colgó.
Bien. Iría. De hecho ni siquiera había planeado hacerlo. Tomó su saco, el cielo estaba empezando a oscurecer, ni siquiera habían comido. Mary estaba con Law en la sala viendo televisión.
-¿A dónde vas?- preguntó Law.
-Tengo que salir...- Paul abrió la puerta- Cuida de tu hermanita. La acuestas, si tiene hambre le das de comer...
-No puedo cuidarla.
-No salgas. No le abras a nadie.
Paul cerró la puerta.
Encendió el auto y condujo. En el camino se arrepentía muy en el fondo de haber rechazado a aquella chica, al menos ahorita no tendría esa enorme preocupación y remordimiento que le atravesaban la cabeza de sien a sien.
Llegó, después de conducir con velocidad, a las afueras de la ciudad.
Estaba apunto de terminar la hora de visitas pero logró entrar.
El cretino hablaba en inglés, naturalmente y Paul lo supo.
No se explicaba porqué aquel día se la pasó gritando en francés. Estaba ahí, sentado del otro lado de la mesa portando un uniforme de preso. Su sola presencia hacía que Paul se estremeciera de odio.
-Hola...- saludó sentándose, con una sonrisa de sorpresa.
-Hola.
-Qué sorpresa.- Paul lo miraba con furia- ¿A qué has venido?
-Quiero preguntarte por qué...
-¿Por qué lo hice? ¿Vienes de nuevo a eso? Mira, la verdad no tengo intenciones de recordar que maté a esa perra y que por su culpa estoy aquí.
Paul se sonrojó de enojo.
-¡Dime por qué lo hiciste!
-Porque era una zorra, esa mujer era la mujer más inmunda de la tierra. ¡Por eso mismo! Mató a su madre y a su hermana, ellas dos eran mis amigas.
Paul no entendía, pero no falto nada más para que se levantara de la silla y le diera un golpe. Los guardias no hicieron nada.
-Ya no quiero hablar...- El preso se levantó y se fue. Dejando a Paul como llegó. Sin nada.
Pasó a una cantina y compró todo el licor que pudo con todo el dinero que tenía en la cartera.
Lo bebió en el auto mientras manejaba y veía la lluvia caer. Lloraba. Se sentía hundido.
El carro se quedó sin gasolina.
-¡Mierda!- gritó- ¡Hijo de puta!- golpeó el volante cinco veces consecutivas con ambas manos. Se recargó en él. Lloró aún más.
Bebió un trago grande de una botella y salió. Empujó el carro como pudo y con pocas fuerzas gracias al alcohol hasta lograr orillarlo.
Se tambaleaba hasta un teléfono público donde, borrosamente veía los números y marcó a casa de John.
-¿John?
-¿Paul? ¿Estás bien?
-No...- sollozaba- Ve a mi casa y cuida de mis hijas, están solas- Colgó. Volvió al auto dispuesto a terminarse la botella. Y ebrio, durmió ahí.
Tenía que despertarse temprano e intentar volver a casa, sino la prensa se lo iba a comer vivo.
Tomó un taxi y volvió a su casa donde Eleanor lo esperaba molesta.
-Si sigues así, créeme que buscaré quedarme con las niñas.
-Sal de aquí.
-Paul...
-¡Sal de aquí, Eleanor!
-¿Dónde estuviste toda la noche?
-No lo sé. Fui a la cárcel, me puse ebrio... no recuerdo dónde dejé el maldito coche. ¿Y por qué viniste tú? Al que llamé fue a Lennon si mal no recuerdo.
-Porque es demasiado flojo como para venir- Eleanor se cruzó de brazos- Paul esa actitud tuya me está hartando, y no sólo a mí. A todos. Si no cambias... Si no sales de esa depresión...
-¿Sino qué? No encuentro otra forma de vivir- Se servía un vaso de whisky
-¡Deja de beber!- Eleanor corrió a él y le vacío el vaso, tomó todas las botellas (que no eran muchas) y corrió a la cocina
-¿Qué haces?- gritó Paul, al ver cómo vaciaba de una por una en el fregadero.
-A este paso te ibas a convertir en un alcohólico.
-¿No lo era ya? ¿Y mis hijas?
-Aún dormidas. Paul- se recargó en un mueble y cruzó sus brazos- Estoy hablando en serio, buscaré la custodia de las niñas si no cambias tu forma de ser. Parece que no las quieres.
-Lo siento...- bajó la mirada y se rascó la nuca como niño regañado, no había mucho que decir para defenderse.
-Toma un baño y atiende a esas niñas. Acepta a una niñera, Paul.
-Una niñera no dura toda la vida. Tengo que aprender a ser padre tarde o temprano.
Eleanor tomó su bolsa y salió de ahí.
* * * * * * * * * *
Después de dos meses...George, Pattie y Paul Estaban en casa de John. Mientras Breana preparaba algo de té, los otros se encontraban en su sala, George con una sitar entre manos y Matt corriendo por toda la casa con Mary, que ya sabía caminar y Law, quien los cuidaba.
-Suena como esto...- George tocó algo y los demás lo escuchaban con atención.
-Sí, suena bien- opinó Paul
-Como en NorwegianWood
-No, es muy diferente, podría ser una canción completa con sitar, como melodía.
Pattie, un poco aburrida de aquello que no entendía, decidió ir con Breana a la cocina. Ahora habían tres chicas ahí.
-Hey, Rachel- besó su mejilla- Hace cuánto tiempo no nos veíamos- Pattie la saludó con un abrazo.
-Desde la boda de Breana- contestó la chica sonriente- Pero sí había visto a Eleanor antes
-¿Verdad que se ha puesto guapísima?- preguntó Breana, sirviendo el té en una tetera.
-Demasiado.
-Oh, basta...
-¿Cuándo entraste que no te vi?
-Entré por la puerta trasera. Quería sorprender a George.
-Estará contento de verte- le respondió Pattie.
-Listo. Vamos- Breana cargó la charola y las tres salieron a la sala- ¡Té, chicos!- gritó con alegría.
No le prestaron atención hasta que puso las cosas en la mesita.
John fue el primero en probarlo
-Te quedó bien- le comentó.
-Paul... ¿ya te había presentado a Rachel? Parece que eres el único Beatle que no la conoce.
Paul levantó la vista de su taza y la miró. Enseguida, rápidamente reconoció su rostro.
-Creo que ya nos conocemos- comentó.
-¿De verdad?- preguntó Rachel.
-Si no me equivoco fuiste la chica que fue a mi casa y se plantó como la nueva niñera de mis hijas.
La chica recordó
-¡Cierto!
-Qué coincidencia- dijo Breana- Debió de ser Eleanor quien le haya dicho que fuera a tu casa. De todas formas. Los presento formalmente. Paul McCartney ella es Rachel Allen. Rachel Allen él es Paul McCartney.
-¿Cómo no conocerlo?- preguntó la chica.
Era un poco más baja que Paul, tal vez por 10 centímetros. Su piel era blanca, un blanco que podría llegar a ser transparente.
Su cabello virgen, sin ningún tipo de pigmento más que el natural era negro, negro igual que el de Paul.
Sus labios eran pequeños pero sobresaltaban de su cara por su color rosa y sus ojos, color miel, le daban ese toque de chica común. La chica era demasiad guapa, es cierto que su belleza no era tan cegadora como la de Alice. Su cara era delicada, su nariz respingada y su cuerpo no era tan voluptuoso como el de Alice, incluso estaba más delgada que Alice. Estaba flaca. No importaba, era bonita y entraba en el rango que Paul se dio a si mismo de "mujeres deseables"
Se dirigió a la cocina de nuevo, y por puro instinto, por naturaleza del macho que era Paul, volteó a verle sus atributos mientras caminaba.
Una vista nueva. Le gustaba lo que veía.
¡Mierda!, pensó. No podía estar pensando en eso. Lo cierto es que desde hace días lo pensaba con más frecuencia.
Antes de la muerte de Alice, el sexo era parte tan común como comer y después, meses sin siquiera besar a una mujer.
Aún así, se sentía cabizbajo. Seguía estando triste. Seguía bebiendo. Seguía despertándose tarde. Seguía sin poder concebir la vida sin Alice.
Me imagino a Paul todo mosqueando de lo alcohólico que es, y todo cabizbajo... Con la camisa a medio abotonar, no lo sé, jajajajaja pobrecito :-(
ResponderEliminarPero sus instintos de hombre, hmmm, ¡Rachel me cae muy bien! ¿Por qué? Quién sabe, ¿Celos? Sí, y muchos... Pero, bueno.
¡Sube pronto!
Cuídate mucho.
<3 besos y abrazos <3
Que deprimente es la situación de Paul, se nota el gran amor que le tenía a Alice. Pero así es la vida, Paul debe seguir adelante.
ResponderEliminarAquella niñera puede ser una graaaaan ayuda jaja :D.
Cuídate mucho. Besos. <3