domingo, 23 de febrero de 2014

10.- This is the end or is just begin?

-Sabes que si necesitas algo sólo debes pedirlo, especialmente en las noches, no sé, agua, cualquier cosa...- Paul abría la puerta, sosteniendo una pequeña maleta con prendas dentro.
-Gracias, lo sé...
-Incluso si no quieres estar aquí... Si tienes hambre... Si necesitas una línea...- Se miraron y luego rieron- Era broma.
-Siento incomodar, de verdad, si te arrepientes puedes mandarme a mi casa- Rachel pasó un mechón de su cabello tras de su oreja.
-No digas cosas, no terminaré de arrepentirme hasta que muera.
La chica rió.
-Además, contigo aquí las niñas estarán felices.
-¿Y dónde están?- preguntó Rachel, examinando una foto de Alice debajo de un candelabro de la sala.
-Con Eleanor, Ringo y Matt. Mañana regresarán...
-Gracias, Paul.
-Dios, no agradezcas, debería de pedirte perdón.
-¿Por enésima vez?- Rió Rachel.
-¿Quieres comer o...
-Preferiría tomar un baño... Es decir... Si no te molesta.
-¡Vamos, Rach! Siéntete como en casa. Sube, báñate y cuando bajes la cena estará lista.
La chica sintió un cosquilleo en la pansa, ese sentimiento que le decía que Paul estaba al pendiente de ella.
Sonrió y subió a bañarse.

Esa noche, mientras Paul fumaba un cigarrillo y leía el periódico, Rachel se encontraba leyendo una revista de moda, de espectáculos, de esas que entretienen a cualquiera en cualquier momento. No podía evitar voltear a verlo, la música sonaba en la radio y era su sueño quedarse así de por vida.
-Era demasiado hermosa- dijo Rachel, mirando el cuadro que contemplaba esa misma tarde.
-¿Quién?- dijo Paul, sin dejar de ver el papel blanco y negro.
-Alice.
-Sí, la mujer más hermosa del mundo...
-¿Sabes? Estuve recordando y creo que llegué a tener más de una plática con ella.
-¿De verdad?- ahora sí, Paul la volteó a ver.
-Sí, lo que pasa es que antes era tan diferente que no la recordaba.
-¿Y recuerdas qué te decía?
-Sí, algo sobre su meta en la vida... Recuerdo que esa vez, Breana y yo salimos a pasear y la invitó, de un momento a otro nos quedamos solas en un parque y comenzó a hablarme acerca de vivir en París y cosas así... Y lo más curioso es que era la actriz más envidiada de toda Francia.
Paul rió y suspiró.
-Debo confesarte que... Últimamente, cada que la recuerdo me siento demasiado mal... Siento como si estuviera siendo infiel.
Rachel ahogó una pequeña e inocente risa.
-No entiendo...
-Sí, hay días en los que quisiera ya no recordarla y dejar de sentir este dolor y este vacío...
-No podrías... Es decir... No haz podido hasta ahora... Creo que tienes que hacer ciertas cosas que alejen su imagen de ti.
-¿Como qué?
-Como dejar de tomar y drogarte- ambos rieron- ¡Hablo en serio! Eres un alcoholico, Paul. Te joderás los pulmones con tanto tabaco y las neuronas con tantas drogas.
-No puedo... Si no lo hago me hundo.
-Estás hundido.
-Amo tu franqueza.
Rachel sonrió.
-¿Te sientes solo?
-Demasiado. Cada noche. Muy solo. Con dos hijas... Una que ni siquiera es mía... Y solo.
-¿Sientes algo por mí, Paul?
La pregunta le pareció tonta a sí misma, es decir, Paul le estaba explicando lo mucho que extrañaba a Alice y la tonta se atrevía a preguntarle algo así, pensó.
Pero él lo pensó por 59 segundo.
-Sí.
La chica tembló.
-¿Qué?
-Supongo que agradecimiento y... cariño.
-Yo...- Se levantó de su lugar con las piernas traicioneras que la llevaban al lugar donde firmaría su sentencia de muerte, pensaba. Se sentó junto a él- Yo también- le dijo, a 5 centímetros de su rostro.
-Lo sé- dijo Paul.
Se sonrojó. Lo sabía.
-Pero... Yo no...- Lo calló con un beso, un dulce y pequeño beso que jamás pensó que se atrevería a brindarle. Un beso con sabor a medicina, a cocaína con aquél recuerdo de aquella noche...
¡Oh, qué estaba haciendo! pensó. Pero fuera lo que fuera, Paul correspondió de la misma manera y la besaba, dejando el cigarro en el cenicero.
Se miraron y sonrieron...
-Rachel...
-Yo te amo, Paul.
-...¿Qué?- preguntó, sorprendido, realmente sorprendido, como si nunca lo hubiera sospechado
-Lo sabes.
Paul soltó aire.
-Rach... yo no puedo... Yo...
-Sientes algo por mí.
-Sí, sí, pero yo...
-Me besaste la vez que salimos- Mierda, ahora le reclamaba lo que pasó hace una semana- Y me haz invitado a tu casa por unos días después de drogarme...
Qué gran mierda, pensó Paul.
-Lo que pasa es que...
-Tienes miedo de intentarlo. No quieres olvidarla... Pero te entiendo- Se levantó del sillón y caminó a las escaleras...
-¡Espera, Rach!- volteó, se quedó callado por minutos, tartamudeando- ... Buenas noches.
Y cuando la chica hubo desaparecido, tomó su cara con ambas manos, estaba totalmente incómodo por todo aquello.
No sabía por qué ella actuaba así, era, realmente, poco el tiempo de conocerse aunque en esos momentos Paul se encontraba más que confundido.
Sonó el teléfono, estiró la mano...
-Hola.
-¡Paul!- Era Brian, de nuevo, gritando- ¡Paul, consumiste polvo y para colmo una muchacha tuvo sobredosis por tu culpa!
Colgó.
No estaba con el mejor humor para soportar los gritos de su representante.
No era muy noche, pero ya tenía sueño y estaba un tanto cansado... Dormir profundamente le ayudaría a relajarse.
Iba camino a su cuarto, atravesando el pasillo cuando vio la puerta de una de las tantas habitaciones abiertas, dejando ver a Rachel recostada en la cama, dándole la espalda pero con una lámpara prendida.
Aún no estaba dormida, supuso. Necesitaba arreglar las cosas, todo esto era su culpa.
Tocó dos veces con los nudillos a la puerta abierta y Rachel volteó en el acto.
-Hey...- Se incorporó en la cama- Pensé que ya te ibas a dormir- dijo Rachel, sonriendo.
-No, ... bueno sí... Pero vi tu puerta abierta y...- Se rascó la nuca, nervioso, vaya que nervioso... Pasó al cuarto, sentándose a un lado de Rachel- Quería pedirte una disculpa, ya sabes, he estado siendo muy estúpido contigo y creo que no es justo.
-¿A qué te refieres con estúpido?
-Sí, es decir, tuviste una sobredosis por mi culpa- ambos rieron- y ... ya sabes...
-No, no sé...
-Con eso de los besos entre tú y yo y todas esas cosas de adolescentes.
Eso terminó de destrozar las ilusiones de Rachel.
-No te preocupes- no supo qué más decir- Te disculpo- sonrió- Sabes no creo que sea tan necesario pasar días aquí. Estoy bien, de verdad.
-Quedaste muy delicada, supongo.
-¡Vamos, Paul no exageres! Incluso no sé porqué acepté venir a tu casa.
-Así no tendré que levantarme a preparle de comer a Mary a las 4 de la madrugada.
Rachel rió, sabía que bromeaba, se volvió a recostar en la cama, mirando el techo y entrelazando sus dedos, respirando tranquilamente.
Paul la miró y bostezó, comenzaba a darle sueño. Se recostó a su lado sin pedirle ningún permiso y apoyó todo su peso en su codo, recostándose de perfil y mirándola aún más cerca.
-¿Qué haces?- preguntó Rachel, volteándolo a mirar
-No me quiero ir a mi cuarto ni estar solo, he estado solo desde hace tanto...
Sonó el teléfono a un lado de la cama y Rachel se estiró para contestar.
-¿Sí?... Hey, Kurt, eres tú... Esperaba tu llamada...- la chica sonreía, pasando un mechón de cabello detrás de su oreja derecha- Me alegra que estés bien...- no dejaba de sonreír- Espero ir dentro de unos días... Pediré permiso. He conseguido algo de dinero... Sí estoy muy emocionada- Volteó de soslayo y pudo ver a Paul observándola...
Sin más ni más pudo sentir una respiración sobre su cabeza, se sobresaltó, pero no hizo otro ademán que no fuera abrir demasiado los ojos. La respiración se acercó a la oreja libre del teléfono y bajó hasta su cuello.
Se le erizó la piel y comenzó a entrar en una extraña sensación.
Al otro lado del teléfono, su novio le explicaba cosas de su vida, probablemente sobre su trabajo o algo así.
Unos labios sobre su cuello y cerró los ojos, fue un beso casto, repentino. Soltó un jadeo cuando aquellos labios continuaron.
-Tengo que colgar- dijo al teléfono- Te amo...- pronunció, con la esperanza de que esas palabras alejaran a Paul. ¿Qué demonios? ¡No quería que se alejara! Pero jamás había sido infiel.
Volteó después de colgar el teléfono y se encontró con Paul de cuclillas sobre la cama, detrás de ella, sonriendo.
No se dijeron nada, ni siquiera esperaba una disculpa.
Se acercó a él y lo beso lentamente.

4 comentarios:

  1. Joder, Rachel es la mujer más loca e indecisa, jajajajajaja... Es como mi inspiración. Debo reconocer que su relación algo, ammm, diferente, me encanta.

    ¡Así que sube pronto, Alma! Ya extrañaba los capítulos de ésta fic.

    Cuídate mucho.
    <3

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  2. Increíble, muy bueno!!! cada vez que publicas un capitulo nuevo me sorprendes nuevamente!!! Sube pronto :) Cuidate!

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  3. OH DIOS MIO estos weyes están intensos <3 los amo :'D skljfksdfdks ay no Alma, siempre tus capitulos son geniales, NO JODAS Paul se pasa 7u7 la pobre rachel tuvo una sobredosis por su culpa D: suena raro, pero askfnsdkl en fin xd subes pronto *--* saludos Alma <3

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  4. Pobre y suertuda Rachel, primero una sobredosis pero después una gran noche de pasión con Paul McCartney, AAAAAHHH.
    Me gusto que Rachel confundiera a McCartney. Siempre sospeché de Rachel(?.
    Sube pronto. Un beso.

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