sábado, 8 de febrero de 2014

8.- Close your eyes and I'll kiss you.

-¿Así estoy bien?
-Te ves demasiado guapo.
-Gracias por venir a cuidar a las niñas.
-Oh, no es nada, Paul. Me alegra que vayas a salir.
-¿Por qué?
-Porque te hace falta distraerte.
Miró su reloj.
-¡Es tarde!- besó la mejilla de Eleanor, quien en sus brazos tenía a la pequeña Mary- ¡Adiós!- besó a su hija.
-¡Espera, Paul!- Lawrence bajaba las escaleras corriendo- ¿A dónde vas?
-Ya te dije que iré a un compromiso.
-¿Irás a una cita?
-Algo así...
-¿Con una chica?
-Obviamente.
-¿Es linda?
Paul no quería decirle que saldría con su niñera, pues la niña los molestaría todo el tiempo.
-Sí- La cargó y le dio un fuerte abrazo
-¡Oye! Me aplastas.
Paul rió y besó la mejilla de la niña.

Salió de la casa y subió a su auto. Condujo con tranquilidad hasta la casa de Rachel, no muy lejos de ahí, eran las 9:30, se supone que llegaría a las 9. Paul no solía ser impuntual, pero aún así, se quedó un rato en el auto, tal vez 10 minutos, dándose cuenta que estaba saliendo con una chica la cual no le gustaba y la cual cuidaba de sus hijas todos los días.
Mala idea. 

En fin, bajó del auto y se acomodó el cabello, estúpido bigote, comenzaba a crecer más.
Tocó una vez, pero no fue necesario tocar dos, pues en seguida se abrió la puerta.
-¡Paul! Pensé que jamás vendrías.
La chica lucía increíblemente espectacular, había decido usar un vestido encantador color perla y había recogido su cabello y sus labios se tornaron de un rojo demasiado antojable.
-Lo siento- dijo Paul después de examinar de pies a cabeza a la chica- Lo siento es que... se me hizo tarde. Luces increíblemente guapa.
La chica sonrió, era la lo que le faltaba, una sonrisa sincera, sacada desde el fondo de su alegría al escuchar esas palabras.
-Gracias... ¿Nos vamos?
-Claro...- Caminaron hasta el auto y Paul le abrió la puerta, la chica sintió una increíble emoción por dentro.
En cambio, Paul recordó las incontables veces que había hecho eso con Alice y al tiempo en el que Rachel entraba, el juraba que veía una cabellera rubia entrando al auto con un embriagante aroma... Se le revolvió el estómago.
-¿Y a dónde vamos?- preguntó la chica, con ansias.
-Oh, es algo demasiado trillado pero no sabía lo que te podría gustar.
-¿A dónde?
-Espera y verás.
Condujo hasta un restaurante caro, donde antes solía ir con Alice.
Era de un tapiz crema y con el piso de alfombra color rojo.
-Tengo una recerbación a nombre de William Allen...
-Por aquí...
Un mesero los condujo hasta una mesa cerca del elegante patio de aquel lugar.
Paul abrió la silla de la chica y se sentaron.
-Usaste mi apellido, William.
-Suelo cambiar mi nombre- rió- ¿Sabes que Brian se enfadó por lo de la foto?
-Me lo suponía.
-No importa... Yo me lo busqué.
-Buenas noches- llegó un joven de traje y puso una botella de vino y dos copas sobre la mesa, el vino que Paul había ordenado que le pusieran, uno francés, muy bueno, recomendado por Alice.
Dejó dos cartas de menú y se retiró.
-Jamás había leído que algo así existiera- dijo Rachel, leyendo el menú
Paul rio con delicadeza.
-¿Qué vas a pedir?- preguntó.
-No lo sé... ¿Y tú?
-Pasta...
-Pediré lo mismo que tú...
Ordenaron y mientras la comida estaba lista, bebían un poco de vino y platicaban.
-¿Y por qué me invitaste a salir?
-Oh... no lo sé, supongo que debo darte las gracias por todo esto de mis hijas...
-Sabes que es un placer.
-Y dime, Rach, ¿tienes novio?
¿¡QUÉ?! ¿Por qué había preguntado eso?, pensó.
-Sí...
Mierda.
-De hecho sí.
-¿De verdad?
-Sí, llevo algunos meses con él pero es algo muy extraño. Él vive en Liverpool y nos vemos de vez en cuando, a veces nos mandamos cartas.
-Sí es extraño. ¿Cómo sabes que sigue siendo tu novio?
-No lo sé...- La chica movía su dedo índice sobre la boca de la copa lentamente- Supongo que...
-Es decir... ¿qué tal si él no está con alguien más en este momento?
-¿Así como yo?
Mierda.
-Exacto...- Paul tragó saliva, ¿qué estaba haciendo? Ilusionando a la chica.
-Bueno, en ese caso estaríamos a mano.
Ambos rieron.
La comida llegó. Se veían deliciosos aquellos platos llenos de pasta y carne.
Hubo un lapso largo en el que se dedicaron a comer, de vez en cuando se volteaban a ver.
-¿Qué vino es?- preguntó la chica después de beber un poco...
-Es una larga historia...- dijo Paul, sosteniendo su tenedor y mirando la botella, con una sonrisa en la cara- Lo descubrí en Francia cuando Alice y yo...- se calló- Ah, no tiene caso- siguió comiendo.
La chica se encogió de hombros y terminó su comida.
Ambos finalizaron.
-Entonces si tienes novio, supongo que tú ya haz... Intimado con él...
-¡Qué! ¿Qué? ¡Paul!- la chica estaba totalmente sorprendida- ¡Paul, dios Paul!
Éste rió.
Mierda, maldito Lennon.
-Lo siento- seguía riendo.
Bebió más vino.
-Pero hablaba en serio...
-¡Oh, vamos, Paul!- la chica golpeó su brazo con la servilleta después de limpiarse la boca y dejar un rastro de su rojo labial en ella.
Se quedó callada.
-Eso quiere decir que sí.
-Es demasiada indiscreta tu pregunta.
-Sólo di Sí o No.
-Pues no.
-¡Ja! ¡Lo sabía!
-¿Lo sabías? ¿Qué sabías?
-Oh nada
-Vamos dime... Espera... ¿Suponías que yo no...- Paul asintió- ¡Oh, no! Que...
-Tranquila- Paul rió.-¿Quieres postre?
-No, estoy demasiada llena...
-Yo sí.
Paul encargó un pedazo de pay con salsa de zarzamora y una malteada.
-Qué contraste- decía Rachel sobre la comida.
-En fin... ¿Qué te parece si de aquí nos vamos a tu casa y paso la noche ahí?
Rachel se quedó de brazos cruzados, tratando con toda su inteligencia de creer y sobre todo analizar aquellas leves palabras.
-¿Qué?- preguntó, destendiendo sus brazos y recargándolos en la mesa.
-Exactamente...
Tener a Paul en su cama, desnudo, esa noche.
La chica se derretía por dentro y si era posible, por fuera también.
-Yo... Eso es...
¿Qué debía decir? ¿Qué quería decir? ¡Sí, sí, por favor, sí! ¡Vamos!.
No. No debía ser tan fácil.
Oh, pero imagínense el aroma de la loción de Paul esparcida por toda su cama. Se imaginó su mano enterrándose entre sus suaves cabellos. Cerró los ojos por dos segundos.
-No.
Se negó.
-Está bien.
No se dijo nada más del tema.
Pero Paul rompió el silencio incómodo por quinta vez esa noche.
-¡Esa canción! ¡Me encanta!- Era una canción de Jazz, de esas que Jim McCartney ponía los domingos hace años
Se levantó y jaló a la chica para ir a bailar...
Comenzaron a bailar.
Rachel como siempre, atontado por el leve y casi invisible movimiento de los cabellos de Paul sobre su frente, o los pequeños ademanes que hacía al bailar, como abrir levemente los labios al agitarse o mover las cejas.
Sino fuera por lo inteligente que era, juraría ella misma que estaba completamente loca.
Bailaba, disfrutaba de la canción, era una pequeña banda de Jazz que tocaba esa noche. Y no bailaron sólo una, sino dos, cuatro, seis canciones.
Terminaron cansados y sonriendo. Se miraron, la chica estaba feliz.
Regresaron a la mesa y terminaron con la botella de vino entre los dos.
Paul pagó la cuenta. Una muy alta, por cierto.
Se retiraron de ahí.
Paul condujo hasta la casa de la chica.
Abrió su puerta y la acompañó hasta la puerta de su casa.
Si la chica hubiera aceptado ahora estarían besándose con pasión y caminando hasta el cuarto de la chica, o quien sabe, tal vez al sillón.
Pero no. Ni siquiera besaría los labios de James Paul McCartney por que la tonta de Rach...

¡PUM!

La besó.
Fue un beso sorpresa, un beso robado. Ella simplemente buscaba sus llaves en su bolsa mientras monologaba internamente consigo misma, diciendo todo el discurso pasado sobre besar o no besar los labios de el Beatle.
Cuando Paul posó sus labios sobre los de ella y la chica simplemente entró en shock. No había cerrado los ojos, por la sorpresa, así que divisó los hermosos parpados de Paul cerrados.
Sintió un ligero movimiento, así que lo imitó. Lentamente, sintiendo sus suaves labios. Era un beso muy tierno.
Cerró los ojos.
El aroma, oh aquel perfume de aquel hombre.
Finalizó como los mejores sueños.
Se separaron.
Paul sonrió. Puso un pequeño mechón de cabello detrás de la oreja de la chica.
Rachel sonrió.
-Hasta mañana...- se despidió Paul.
-Adiós- dijo la chica, pero fue inaudible, se había quedado sin voz, pensó.
Después lo vio dar media vuelta y caminar de vuelta hacia su coche, ahí, hizo un ademán con su mano en señal de despedida, Rachel le devolvió el gesto y cuando se hubo ido... Entró a su casa.

3 comentarios:

  1. ¡LA BESÓ! ¡LA BESÓ! ¡LA BESÓ! *Salma, ¿por qué te sorprendes? Se supone que tienes que estar celosa(?)* ES QUE, JODER... ¡Paul McCartney!

    Bien por Rachel, nada fácil... AUNQUE, mierda... Leer lo que estaba pensando acerca de Paul... UFFFFFFFFF.

    ¡Sube pronto! <3
    Cuídate muchote.

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  2. DIOS MIO DIOS MIO DIOS MIO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    ''Tener a Paul en su cama, desnudo, esa noche.
    La chica se derretía por dentro y si era posible, por fuera también.
    -Yo... Eso es...
    ¿Qué debía decir? ¿Qué quería decir? ¡Sí, sí, por favor, sí! ¡Vamos!.
    No. No debía ser tan fácil.
    Oh, pero imagínense el aroma de la loción de Paul esparcida por toda su cama. Se imaginó su mano enterrándose entre sus suaves cabellos. Cerró los ojos por dos segundos.'' OH DIOS MIO, ESA PARTE FUE TAN... ACERTADA! xD DEBO DECIR QUE YO MISMA ME IMAGINE UNA COSA ASÍ, & CUANDO LO DIJISTE FUE ASÍ DE OMG QUE NARRACIÓN!!! *.* CUANDO LA BESO, OH DIOS MIO *---------------* NO SE NI QUE DECIR SDFNJSKDFS FUE PERFECTO, SUBE PRONTO <3 <3 :'D

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  3. QUE HERMOSO, me encantó el capítulo, me enamoré de él. Es que, los pensamientos de Rachel eran tan andjdksjsks, ¿quién no pensaría en lo sexy que es Paul? JAJA.
    Y luego el beso... MYGOODNESS, CASI ME MUERO DE LA EMOCIÓN.
    Sube pronto. Besos. :3

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